Cuando se habla de regulación en el ámbito de la salud, la discusión se suele centrar en la creación de leyes, reglamentos, y disposiciones normativas que, en muchos casos, regulan aspectos científicos. Y por ese enfoque tan técnico (que valga decir, es necesario) podemos olvidar lo esencial: la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
Cierre de brechas
Estas herramientas de vanguardia buscan llevar medicamentos innovadores de alta calidad a los pacientes, pero desafortunadamente, en muchos países de América Latina, aún no están contempladas por las regulaciones sanitarias. Las actualizaciones en estas regulaciones avanzan lentamente en un mundo en el que la innovación en investigación científica progresa a grandes velocidades. Esto ocurre en Norteamérica y Europa, que cuentan con regulaciones que favorecen la generación de nueva evidencia científica en sus sistemas de salud, brindando enormes ventajas para sus usuarios.
El reto de la sostenibilidad financiera
Un ejemplo de esto son los Acuerdos de Acceso Administrado (AAA) o acuerdos de riesgo compartido, un tipo de Managed Entry Agreement (MEA), o Patient Access Scheme en inglés. Estos son acuerdos entre los fabricantes y un pagador/proveedor, que permiten el acceso a una tecnología sanitaria, sujeto a condiciones específicas. A pesar de la amplia variabilidad en la terminología y clasificación, todos estos esquemas tienen un objetivo común: reducir la incertidumbre, al incorporar un nuevo producto en un sistema de salud. Comparten la característica de crear un espacio formal donde se comparte el riesgo financiero entre compradores y pagadores al introducir nuevas tecnologías, guiadas por objetivos previamente definidos.
El desarrollo de estos modelos surge de la necesidad de integrar la evolución tecnológica en los sistemas de salud e incorporar productos innovadores a los mismos a la par que se mejoran las regulaciones, con el fin de responder a los cambios poblaciones y epidemiológicos, a los avances en la tecnología, y a un uso eficiente de los recursos disponibles; elementos que imponen un reto para todos los países del mundo, y en especial para Latinoamérica. En la región, Uruguay es un buen ejemplo de la implementación de este tipo de acuerdos donde los pacientes pueden beneficiarse de la innovación.
Con la mira en el futuro
Somos una región pujante, creativa y trabajadora. Es un buen momento para unirnos en torno a los pacientes. No es solo un tema financiero, ni de regulación sanitaria. Es un tema de más y mejor vida para nuestros seres más queridos. ¿No es esa suficiente motivación para unirnos y trabajar en conjunto?
Autor: Yaneth Giha- Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (FIFARMA)